Además de los partidos políticos, existirán otros grupos que, para facilitar la labor de la administración y de los propios jugadores, serán manejados desde la misma cuenta de político.
Excepciones: los miembros de la CNT y aquellas personas que quieran ser periodistas pero no políticos.
En este simulador se dará protagonismo a los sindicatos, especialmente a los anarquistas que, de otro modo, no verían reflejado su trabajo de ninguna manera. Cada partido tiene su propio sindicato afín excepto algunos, como el PP, que a cambio tienen más conexión con la patronal CEOE.
Con los medios de comunicación ocurre algo similar aunque los extremos (extrema izquierda y ultraderecha) lo tienen más difícil. Así, el PSOE tienen El País, el PP tiene al ABC o La Razón, Público es del PSOE pero también puede servir a IU...
Los medios de comunicación
Al igual que los partidos tienen electores, los medios tienen público. Cada medio puede tener una tendencia política pero si pierde la objetividad y no dice la verdad a sus lectores, oyentes o televidentes, perderá credibilidad y, por tanto influencia.
La credibilidad y el prestigio de un medio de comunicación vendrá determinado por cómo informe sobre las noticias que vayan surgiendo. Dos factores son decisivos: trabajo continuo (no informar sobre alguna noticia puede repercutir negativamente) y de calidad, y diferenciar perfectamente información y opinión. Los medios pueden ser un arma perfecta para destrozar a rivales políticos, pero abusar de ello acaba restándole fuerza. Por eso hay que saber acumular credibilidad para cuando sea necesaria la artillería.
Los medios serán surtidos de noticias mediante teletipos de la Agencia EFE. Cada medio podrá ampliar la información sin modificar el espíritu de la noticia (si lo hace, se arriesga a desmentidos y pérdida de credibilidad).
Además, los medios que más trabajen serán premiados con exclusivas por la Administración.